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martes, 19 de outubro de 2021

19 de octubre de 2021

 Bóas noites, son eu de novo, deixándome caer por aquí. Hoxe a miña compañeira díxome que non parezco eu mesma falando nestes post. Veredes, normalmente son bastante seria e calada, aínda cos meus amigos e con ela. Pero e que escribindo as miñas cousas sonche así, sáeme este falar trapalleiro. Normalmente en castelán, pero fago o esforzo polo bonitiño que é o galego. Por iso a historia de Robin Hood que teño no Watpadd é tan divertida. Está escrita así, neste falar, pero aínda más exagerado. O personaxe pedíalo, é verdade, pero tamén eu quería escribir así, de calquera maneira. Saliu bastante ben, aínda que esté mal que o diga. Podedes buscala, o nome é Persiguiendo a Robin Hood, e o meu usuario penso que é Azuladeada

Ben, ao que ía. Deixo aquí algunas historias do inktober, están en castelán. Non creo que o pase a galego até que acabe o inktober, porque teño moitas cousas que facer, e como xa empecei en castelán, pois agora ben podo acabar no mesmo idioma. Pero igual en novembro pasoó todo a galego. Vouno pensar. Non prometo nada.  

4. Knot / Nudo 

Llegó el día. ¿El traje que pensé nunca me pondría? Lo tengo. ¿La realeza que pensé nunca conocería? Anotado. ¿Lista? ¿Preparada? No. Para nada. 

El sastre parece haber alardeado de su creación a toda la ciudad. Les habló de mí, un ser diminuto en medio del bosque, con suficiente dinero y paz, aislado. De alguna forma llegó a los círculos más altos, y yo era un ser único en el mundo. Entendía la curiosidad. ¿Pero el revuelo? Parecía exagerado.

Estoy mirando mi reflejo en el agua, acicalando mi pelaje. Normalmente lo llevo corto, es una cuestión de supervivencia, pero últimamente me escondo mucho en el árbol y el pelo crece enseguida. Está enorme y salvaje por completo. 

Cuando empiezo a pensar en tirarme al río de cabeza, sólo una fuerte corriente podría domesticar esto, veo una hoja enrollada en el agua. Un momento, un momento. Eso podría sujetar mi cabello. Casi me tiro a cogerlo, pero me acordé justo a tiempo de mi traje. Si lo mojo el sastre me mata. Con un palo lo acerqué a mi, atrapando varias hojas otoñales más. Una era azul, y la dorada que vi antes, cogí ambas. Las enrollé juntas e hice un nudo al final. Me recogí el pelo como una diadema, mirando de nuevo mi reflejo. 

Parecía una princesa

5. Raven

Cuando llegué a palacio, una nube de cuervos negros se acumulaban en sus altas torres. Algo malo estaba pasando. Entré corriendo, no viendo un alma por mi camino. Cuando llegué al salón de baile, el cielo se abría sobre mi cabeza, dejando una puerta abierta a los cuervos. Se amontonaban cerca de los temtempiés que decoraban lujosas mesas. En el suelo, charcos de sangre y escombros del techo rompían el mármol pulido del salón. Estaba hecho un desastre, pero me alivió saber que no había cadáveres. Los cuervos sólo estaban hambrientos. 

Vi uno separado del resto, haciendo grandes esfuerzos para meterse en la bandada cerca de la comida, obviamente muriendo por un bocado. Pero lo apartaban todas las veces, todos más grandes que el pobre cuervo. Del interior de mi traje extraje unas galletas y se las di con cuidado, no dejando espacio para los otros más grandes. El cuervo comió y me siguió por los pasillos mientras decidía explorar el palacio. Tenía que haber alguien en algún lugar, además de mi pequeño cuervo. 

6. Spirit

Nadie. Ni un alma en el palacio. Cuando me decidí a salir y volver a mi conocido bosque, el cuervo me siguió, esforzándose por seguir el ritmo. Le dejé mi hombro, cuando me hube quitado el traje reluciente. No era apto para el bosque de todos modos. En mi camino a casa, un espíritu me saludó desde lejos. Los fuegos fatuos no eran raros por aquí, pero sí que era poco habitual que interactuaran. Algo quería. 

Me acerqué con cuidado, eran criaturas muy asustadizas. Cuando me hube acercado suficiente para alargar la mano y tocarlo, desapareció. Unos metros más allá, apareció de nuevo. Lo seguí, con curiosidad. Los espíritus no se metían en cosas mundanas, ni siquiera en ataques a la realeza. Especialmente no con la realeza, que le gustaba coleccionar seres raros. Algo mágico debió de haber pasado en palacio, algo que alteró el equilibrio. Tuve un mal presentimiento. 

7. Fan / Abanico

Cuando desaparecieron todos los spiritus, me encontré en un claro del bosque que nunca habia visto. Estaba lleno de piedras, con distintas formas y tamaños.  Mi pequeño cuervo se dio un paseo por el claro, revoloteando entusiasmado. Debía de haber encontrado más comida. 

Acercándome, vi que las piedras eran en realidad estatuas. Me detuve delante de una, con curiosidad. ¿Por qué alguien pondría aquí estas estatuas? ¿Qué tenía esto que ver con el palacio? Tal vez nada. Pero los fuegos fatuos no se meten en nada. Y era demasiada coincidencia. 

Entre la piedra, cerca del pecho, pude ver un destello verde. Me acerqué y escarbé, llenándome de suciedad. Era un abanico verde de plumas suaves con una rama bien pulida para sujetarlas. Parecía muy caro. Una a una, fui mirando las estatuas. Todas tenían objetos raros y caros, y todas tenían caras. Era aterrador el detalle de algunas expresiones. 

Cuando llegué a la última, la vi con detenimiento. De ninguna manera. 

Era el sastre.

8. Watch

Corrí a mi árbol. Esas estatuas eran antinaturales, y me aterrorizan. De alguna forma, algo o alguien, había convertido a todos en el palacio en estatuas y las había plantado en mi bosque. El abanico, que arrastré conmigo en la huída, descansaba antinaturalmente en una esquina de mi habitación. No encajaba. Las ropas de las estatuas sí se convirtieron en piedra. ¿Por qué el abanico no? ¿Y los demás objetos? Todas tenían algo. Lo inspeccioné con cuidado. 

Había un número encima del palo que sujetaba las plumas, y no estaba pintado. Parecia grabado. 12:05 Seguí mirándolo, preguntándome qué era, cuando volvió Cuervo. Se me olvidó que lo dejé en el claro. Entró por una de las ventanas que se abrían en la copa de mi árbol, mirándome acusadoramente. Le mimé y volví al abanico. 

El número cambió. 12:06. Pasé los dedos por encima, sintiendo el grabado. No era una pieza móvil, estaba fijo en el palo. Mantuve la vista pegada por un tiempo hasta que lo vi cambiar de nuevo. 12:07. Cogí mi reloj de arena del armario, midiendo cada cuanto tiempo cambiaba. 12:08. Un minuto. Cada minuto cambiaba un número. 

Esto era, sin lugar a dudas, tiempo. Eran las seis de la tarde, a juzgar por el sol, así que, ¿qué tiempo contaba este reloj?

9. Pressure

Al día siguiente me hice un té. No había podido dormir de tanto pensar en las estatuas, las pesadillas siguieron y siguieron. Era magia, la había visto antes, pero nunca tan mala. ¿Seguirían vivos, en su interior? Me pregunto si pudieron verme...

Aparté esos pensamientos cuando el agua hirvió. La tartera a presión fue un regalo del herrero, uno tremendamente útil, sobretodo en invierno. Era temprano en el año para pensar en eso, pero siempre que hago té revivo esas tardes de invierno. Mi árbol me mantiene caliente, pero a veces tenía que salir a cazar. Por suerte estoy cerca de la costa y el invierno aquí no es tan duro. 

Cuervo vino a echar un vistazo, saltando con miedo cuando la tapa de la tartera repiqueteó. Hacía eso por la presión, pero Cuervo no lo sabía. Sólo sabia que un objeto muerto se estaba moviendo. Agitó las alas por toda la estancia, dejando plumas y piedrecitas de sus patas por todas partes. Debió de posarse en algunas estatuas ayer mientras yo huía. 

Cuando fui a echarme el té en un recipiente, vi una piedra pequeña caer del borde al interior. No pude atraparla a tiempo, pero casi me alegro. En cuanto tocó el agua, se conviritó en un trozo de tela de un llamativo color rojo brillante. Lo miré desconcertada. 

¿Habían embrujado mi tetera, también?

10. Pick

Fui a ver las estatuas. Sé que no puedo hacer nada, pero me dan pena. El misterio de la tetera se me reveló esa misma tarde, cuando me di cuenta que el agua de alguna forma revirtió el hechizo y convirtió el trocito de piedra en lo que había sido antes, un trozo de tela. Pero cuando llevé mi pota de té y la arrojé a una de las estatuas, no pasó nada. Aproveché para ver los otros objetos, viendo que todos ponían la misma hora. 

La hora en la que fueron convertidos en piedra. 

De vuelta cogí hongos del bosque, me estaba quedando sin ellos. Tal vez podría hacer una poción o algo que pueda ayudar. El agua tenía algo que ver, si pudo con la piedrecita. A lo mejor necesitaba un pequeño empujón, el té fue suficiente para un trozo de tela, pero no para una persona completa. En mi árbol, cogí mi viejo libro de recetas. Había un pócima para rejuvenecer que tal ayudaría. Pero cuanto más tiempo pasara, más díficil sería. Necesitaba: 

3 setas paralizadoras recogidas por la mañana *Nota: cogerlas con rocío

1 cienpiés de 98 patas

2 cucharadas de miel

2 cazos de agua caliente

1 pétalo de jengibre *Nota: dejarlo reposar antes de añadir esto

Juntándolo todo en una pota bien grande, lo herví y dejé reposar toda la noche. A la mañana siguiente vería si tenía algún efecto.

11. Sour / Agrio

Metí muchos tarros y llevé la pócima y las hojas de jengibre al claro de las estatuas. En cada tarro puse una hoja y vertí la cantidad justa del líquido sobre ella, desprendiendo un olor tan agrio que tuve que tapar la nariz. Repartí los tarros a los pies de cada estatua, arrojando el contenido sobre las cabezas de las mismas una vez mezclaba el último ingrediente. 

Para mi sorpresa, funcionó. El primero en despertar fue el sastre, con una mueca de dolor y mal sabor de boca. Todos tenían el sabor y olor de la poción encima, a algunos les afectaba más que a otros, pero hizo el truco. Sólo quedaron tres estatuas: rey, reina y príncipe. La poción no hizo más que sacar el musgo de sus estatuas, y recibí duras miradas por esto. Pensaron que lo hice a propósito. 

Sin dignarme a dar explicaciones, recogí mis cosas y volví a mi árbol, dejando que especularan. Tenía mi propia teoría: la realeza llevaba más tiempo de piedra que los demás. Tendría que seguir investigando.

Aviso, non as fixen todas hoxe, é que acordeime hoxe de que as tiña listas. Hoxe só fixen as 3 últimas. ¿Qué vos parecen? ¿Estades intrigados? Eu tampouco sei como vai rematar, se vos axuda. 

Espero volver a escribir pronto.

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